San Pantaleón

Al sur del hipódromo, en el cordón oeste que delinean Blas Parera y la Circunvalación, viven unas 2.500 personas. En 26 manzanas se palpitan realidades muy distintas, que van de la extrema pobreza detrás del cementerio al progreso cercano a la avenida.
En el extremo Detrás del cementerio, en las calles Gaboto y Estrada, desde Derqui hasta Fray Cayetano Rodríguez, viven las familias más pobres del lugar. En su mayoría, son casas erigidas por el Movimiento Los Sin Techo. Gran parte de sus habitantes se dedican al cirujeo.


 
En San Pantaleón viven unos 2.500 santafesinos. Su figura, estrecha y larga, se extiende desde Estado de Israel hasta Fray Cayetano Rodríguez. Al este, la avenida Blas Parera es sede del progreso. Al oeste, la finalización de la Circunvalación saldó una deuda: por una brecha de terraplén ausente, hace diez años, por este barrio se filtró el río.



En 26 manzanas y el extenso predio del hipódromo, San Pantaleón abriga historias de toda índole. A la altura del 5900 de la avenida Blas Parera, un extenso supermercado mayorista marca los límites de las tres realidades del barrio. Desde allí hacia el sur, el cordón que delinea la Circunvalación marca diferentes necesidades que llegan al extremo. Su historia habla de pobreza y esfuerzo, de vecinos que respiran el intenso olor del crematorio municipal y que, en su mayoría, se dedican al cirujeo.

A metros del establecimiento está “Barrio Legislativo”, una calle pintoresca a la que sus vecinos autodenominan como un barrio en sí mismo. Lavaisse y Estado de Israel, las dos arterias siguientes, giran en torno a su propio eje. La vida de Lavaisse late al ritmo de la capilla San Pantaleón, que construyeron y mantienen los vecinos. Estado de Israel bordea el extenso predio del hipódromo santafesino.


Días de esfuerzo

En el extremo sur del barrio, el sector de San Pantaleón ubicado detrás del cementerio solía pertenecer a la jurisdicción de vecinal Florida. Pero, como su presidente vivía en otro barrio, los vecinos decidieron formar una vecinal propia. La zona “era todo un basural, acá no había nada: chanchería y nada más” recuerda Juan Bautista Dávalos. Vive allí desde 1987, es uno de los fundadores de la vecinal San Pantalón e integró su comisión directiva hasta hace pocos años. Recuerda que “no podíamos vivir de la cantidad de moscas”. Por esa razón, en los años ‘80 reunió a un grupo de vecinos, se presentó ante el intendente y pidió que se taparan las cavas -de 4 por 5 metros- y que ya no se depositara la basura allí.

Cinco años después de compactar el terreno, un grupo de vecinos solicitó que se loteara la zona. Dávalos pidió el plano, tomó papel y lápiz, y “empezamos a marcar el corte de ranchos: se llenó el barrio. En 1988 había 33 ranchos”.

Dávalos es maestro mayor de obras y fue quien golpeó la puerta del padre Atilio Rosso, líder del Movimiento Los Sin Techo, para reemplazar las paredes de cartón y chapa por casas sólidas. Él ya tenía la suya, pero “me dolía ver a los chicos entre la basura, que después de cada tormenta quedaban a la intemperie porque se le caían los ranchitos”. Corría 1998, cuando Rosso consiguió materiales para construir 33. Con mano de obra de veinte vecinos con planes Trabajar, el barrio se inauguró en sólo seis meses.

De las reuniones de vecinos surgió la necesidad “de una guardería para que las mamás pudieran dejar los nenes”, contó. Así, ante la falta de terreno, en la esquina de Estrada y Regis Martínez, donde antes había una canchita de fútbol, las manos de San Pantaleón erigieron el jardín de infantes Monigotes de Los Sin Techo. Hoy, tras su portón azul, 26 nenes cursan jardín de infantes y preescolar, y obtienen el pase a primer grado.

Juan Bautista Dávalos dice que el barrio cambió. Que si bien “hay gente buena”, también “malos, demasiados”. Hace sólo cinco años que, por cuestiones de salud, no alza su voz en la Federación de Vecinales. Igual, sabe lo que su gente necesita: “Pido al gobierno que arregle las calles; cuneteo, que enseñe a los dueños de casa qué hacer cuando se llenan los pozos ciegos. Que los ayude para no largar aguas servidas a la calle. Es insalubre”.

Fuente: El Litoral

 

MOVIMIENTO LOS SIN TECHO

San Jerónimo 3328

(3000) Santa Fe - Argentina

 

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