Este jueves, el INDEC dio a conocer los niveles de pobreza e indigencia que registra el país, superando 40 y 10% respectivamente. Sin embargo, estos porcentajes aumentan si se contempla el Gran Santa Fe, siendo el tercer conglomerado más pobre de Argentina. Desde el Movimiento Los Sin Techo, que desde hace décadas combaten contra este flagelo, alertaron por la situación con la cual conviven diariamente.
“Nosotros lo vemos con tiempo de anticipación a esto. El tema de la indigencia, si tomamos los datos del año pasado al mismo semestre de hoy se mantiene. Es el sector donde trabajamos, el más duro, el de la marginalidad y exclusión. Son aquellos a los que no les alcanza para comer. Una familia tipo de cuatro integrantes, el INDEC nos da que con la Tarjeta Alimentar, la AUH para los chicos, llega a 15 mil pesos. Pero para poder alimentarse necesita 30 mil. Que no lo tienen. Ahí se produce el problema serio: no tienen para alimentarse. No pueden llegar a esos 30 mil pesos. Es un problema serio”, señaló José Luis Salazar, que integra Los Sin Techo Santa Fe.
Además, aseguró que la alimentación es la base de todo. “Nosotros decimos es que hay que inyectar una tarjeta alimentaria de 13 mil pesos para los indigentes, si no, es imposible hablar de educación, del trabajo genuino y de calidad: si no se alimentan ¿Cómo puede un chico terminar la escuela? ¿Cómo pueden educarse e instruirse? Lo vivimos permanentemente. El patrón del rancho sale y no sabe si sus hijos van a comer. Hay que inyectar y después hablemos de educación y trabajo. No hay luz, no hay agua en los barrios. Es el problema urgente a resolver”.
Por otro lado, apuntó a los déficits habitacionales que vive Santa Fe. “Hace más de 30 años que estoy trabajando y militando en sectores marginados. No me puedo imaginar el shock de confianza que expresa de un cubito de cartón a una casa de material. Lo escucho y lo veo: no sufren más frío, más calor, las tormentas, el agua. Es un paso adelante salir del rancho a la casa. Pero el hábitat es lo otro. Hay que mejorarlo por completo. Si Santa Fe no ve que esa persona que está arriba del carro puede ser su papá, esto no va a cambiar. No lo integramos como ciudadano, lo tenemos como un número. Hay que quebrar la herencia de la pobreza. El día que veamos 100 pobres en la universidad, hay que celebrar. Es un fracaso la marginalidad que estamos viviendo”.
Finalmente, afirmó que “la pandemia fue un golpe muy duro porque ya se veía viendo que la changa de albañil, corta pasto, pintor, empleada doméstica, se fue perdiendo. No hubo más. Es por eso que los comedores han aumentado: necesitan tener más alimento para cumplir con lo mínimo. Con los sectores marginados fue una catástrofe. Si no se alimentan es imposible. No hay que ser sociólogo para darse cuenta. Vamos a darle una tarjeta alimentaria a los que no pueden comer”.
